Piel de oso
No era un día cualquiera, el sol iluminaba la mañana, y una bruma espesa cubría la pradera hasta la altura de nuestra cintura. Paseamos sin decir nada, disfrutando del calor del sol en nuestras caras sintiendo como calentaba nuestra alma, poco a poco la bruma fue desapareciendo y la luz anaranjada hizo brillar las gotas de agua que mojaban la hierba.
El paseo abrió nuestro apetito y nos dirigimos sin prisa hasta el calor del hogar, al amor del fuego preparamos un frugal desayuno, suficiente para compartir un momento más. Tostamos pan al fuego, mientras el café perfumaba la sala con su aroma. No hubo palabras, sobraban, era suficiente nuestra sola presencia, los cruces de miradas, no existe el mundo solo nosotros.
Solo la piel de oso es testigo de nuestro silencio.
  • Cargas de Tony Buendia

    Seguidores

    Mi lista de blogs